Después de que se fuera Aless me
quedé en el bar esperando a Nando, pero la conversación que había tenido con el
italiano no dejaba de rondar mis pensamientos. Después de que terminara el curso,
Mica decidió dejar a Aless por varios motivos, el más importante fue que se
enteró que no era la única que pasaba por su cama. Después de eso decidió
cortar por lo sano y para no caer en la tentación decidió que lo más sensato
era alejarse de él. Se pasó todo el verano yendo de un lugar a otro, primero se
fue al pueblo con sus primas, después decidió conocer Londres y luego se dejó
caer por Barcelona. Al principio recibía noticias suyas sobre las cosas que
había hecho y a toda la gente que había conocido en su viaje al extranjero, en
todas ellos me contaba como se sentía y al parecer no le estaba costando tanto
olvidarse del italiano. Pero las noticias dejaron de llegarme cuando se fue a
Barcelona y yo comencé a salir con Pablo y nuestros amigos. Si no había
noticias era buena señal, ¿no? Pero claro… el verano se termina y vuelven a
verse las caras. Yo que pensaba que ya se había olvidado de él y resulta ¡qué ahora es él, el que no quiere
olvidarse de ella! Hay que ver como cambiar las cosas. Lo peor es que tenía que
hacer algo, ¿qué hago? ¿Ayudo a Aless para que vuelva con Mica? ¿O dejo que
ellos se arreglen solos?
Mi cabeza iba a explotar y encima
estaba lo de mi amigo internauta y como no…Pablo. Resoplé a la vez que cruzaba
mis brazos sobre mi pecho cuando escuché que alguien entraba al bar.
- ¡¡Por fin llegas!! – dije
levantándome de donde estaba sentada para dirigirme hacía donde estaba Nando.
- ¡Hola Cami! ¿Qué tal? Yo bien,
¿tú? – dijo imitando una conversación
- Lo se, lo se, pero es que llevo
un buen rato esperándote – dije poniendo cara de arrepentimiento – y ahora que
ya sabemos que los dos estamos bien, necesito un favorcito.
- Un favorcito – dijo mientras
andaba hacia el almacén para dejar una caja que traía – y se puede saber que
tipo de favorcito es – habló a la vez que marcaba la palabra favorcito entre
comillas ya que por fin se había librado de la caja.
- Pues verás, mañana es mi
cumple, los ansiados dieciocho
- Y quieres la noche libre –dijo
en tono afirmativo
- No, la noche ya la tengo se la
cambié a una de las chicas – sonreí ya que ahora era cuando venía el
“favorcito” – me preguntaba si tú me dejarías media noche libre, es decir,
vengo normal como todos y trabajo hasta las… tres más o menos.
- ¿Y por qué debería hacerlo? –
preguntó a la vez que cruzaba los brazos y se apoyaba en el marco de la puerta
- ¿Por qué? – Repetí, observando
como Nando asentía moviendo ligeramente la cabeza y esperaba que yo le
contestara – bueno, yo había pensado que la mejor forma de comenzar una
celebración tan importante sería comenzándola desde ésta misma noche, además,
la semana pasada escuché que hoy iba a ser noche de micro abierto y cómo se que
la gente no se suele animar a cantar, yo podría ayudarte…
- ¿Ayudarme? ¿A mi? – Dijo Nando
sorprendido – y cómo me vas ayudar, si puedo saberlo…
- Fácil – contesté sonriendo – es
algo que no sabes de mi y bueno, creo que sería divertido que participara
cantando alguna canción, ya sabes que al principio de la noche no hay mucho
ambiente y quizás yo ayude a que se animen.
- ¿Tú? ¿Cantar en mi bar? –
volvió a preguntarme a la vez que se separaba del marco del la puerta – No me
digas que ahora eres una estrella de la canción y te lo tenías guardado.
- No, no, nada de eso, yo solo
canto en mi habitación o para mi familia, ya sabes poco cosa, pero bueno, no
creo que lo haga peor que los que vengan detrás mía – contesté sonriendo de
soslayo y levantando una ceja.
- Mira, esta noche si pasado un
tiempo no hay nadie que se haya animado a subir al escenario, dejo que lo hagas
tú, pero te advierto, como escuche una sola nota fuera de su sitio te tocará
trabajar toda la noche – iba a responder que era injusto ya que hasta los
profesionales soltaban algún que otro gallo pero Nando no me dejó - no, no hay
peros. Esa es mi condición, la aceptas o la dejas.
- Está bien, cantaré y te
demostraré que te equivocas. – Le tendí la mano cerrando así el trato hecho.
Ahora todo estaba en mi mano y espero que mi voz no me deje tirada porque estoy
dispuesta a todo para poder empezar a celebrar mi cumpleaños como es debido.
Después de terminar de hablar con
Nando y aclarar las cosas salí y me dirigí a casa de Mica, tenía que hablar
algunas cosas con ella antes de que el idiota de Alex volviera a liarlo todo
ésta noche.
Mientras en casa de los hermanos
Muñoz….
Dos golpes en la puerta de la
habitación hicieron que Mica levantara los ojos del libro que la tenía
sumergida en la historia de piratas y damas en peligro. Cerró el libro dejándolo
encima de la mesilla de noche, se tumbó en la cama y habló para que pasara
quién estuviera esperando fuera, luego, la puerta se abrió y apareció su
hermano. ¿Desde cuando Felipe llama antes de entrar a mi habitación?
- No me lo puedo creer, parece ser
que después de tanto insistir has aprendido que hay que llamar a la puerta
antes de entrar – dije a modo de burla.
- Tranquila hermanita, no lo hago
por ti, sino por Cris, no estaría bien que entrara sin llamar y la pillara
cambiándose, ¿no crees? – dijo entrando a la habitación y sentándose en la otra
cama libre.
- Bueno, ya me ha quedado claro,
ahora por favor, me dices a lo que has venido o sino ya te puedes ir por donde
has venido – dije sin más, ya que no estaba como para que se estuviera riendo
de mi.
- Está bien hermanita, solo venía
para recordarte que esta noche salía con los chicos y que aunque no lo digan,
estáis invitadas a veniros con nosotros.
- Que amable por tu parte, pero
preferiría mantenerme una noche alejada de vosotros
- AH! Es verdad, se me olvidaba
que tú ya habías quedado con tu adorado Alessandro – vale, puede que no pillara
algunas cosas pero hasta el más tonto podría darse cuenta que no le había
sentado muy bien que Aless y yo volviéramos a vernos.
- No me lo puedo creer… ¿tú también
estás con eso de que estamos juntos? – le reproché mientras me levantaba
bruscamente de la cama y me ponía delante de él.
- Yo no me creo nada, o al menos
hasta que no lo vea, eso ya lo sabes. Sólo que me parece raro que hayas quedado
con él cuando está Tomás en medio.
- Pues si crees que es raro, está
bien, yo también lo pienso, y no se que es lo que quiere ahora. Además no sólo
salgo con Aless, también van Cris y Cami.
- ¿Cris también va? – Preguntó
sorprendido – pensé que se quedaría en casa descansando.
- Pues no y yo la verdad lo
prefiero. Tiene que volver a ser la de antes y quedándose en casa no va a
arreglar nada.
- Está bien, ya sois mayorcitas
para saber que es lo que vais a hacer y esto también sirve para esta noche y
más si vais en compañía de Camila.
- Bueno pues no hace falta que te
preocupes por nosotras. Y ahora, si no tienes nada que hacer puedes marcharte.
Feli se levantó de la cama y puso
rumbo a la puerta pero cuando apenas llevaba dos pasos se giró.
- Por cierto, espero que Cami no
se entere de nada – me advirtió-.
- ¡Pues claro que no la voy a
decir nada!
- ¿Qué no vas a decirme? – Preguntó
Camila apareciendo de repente por la puerta, Feli y yo nos miramos sin saber
qué decir por lo que tras unos segundos de silencio Camila volvió a insistir –
No os quedéis callados, ¿de qué no me tengo que enterar?¿Vamos, ahora no tiene
sentido que os quedéis callados como dos tontos?
- Yo te juro que te lo quería
decir, pero Feli me convenció para que no te dijera nada.
- Micaela, te estás yendo por las
ramas, ¡dime ya qué es lo que me ocultáis! – insistió Cami elevando cada vez más
el tono de voz.
- Lo que Mica te quiere decir es
que esta noche los chicos salimos, estaremos en EL ENCUENTRO, y como se que tu
vas a estar con las chicas por ahí no quería estropearte la noche.
- No entiendo… ¿qué más me da
enterarme ahora que cuando llegue allí y os vea?
- Ya lo se, solo que va a estar
Pablo y no quiero que haya más peleas entre los dos. Por eso no queríamos decírtelo.
- Sinceramente Feli, es una
tontería, ya me habíais asustado. La próxima vez, dímelo directamente y así os
ahorráis tiempo. Y si no tienes nada que hacer – dijo hablándole a Feli – me gustaría
hablar con mi amiga a solas.
- Tranquila, ya os dejo sola. Nos
vemos esta noche – y salió por la puerta dejándonos solas.
Feli cerró la puerta del cuarto
dejando privacidad a las chicas. Iba a entrar al baño cuando se encontró con
alguien de frente.
- ¡ay! Felí que susto me diste,
no esperaba que fueras a estar detrás de la puerta
- Y no lo estaba, iba a entrar…
pero parece que está ocupado – dije mirando a Cris, y como para no mirarla,
acababa de salir de la ducha y estaba solo con una toalla.
- No, no, tranquilo, yo ya he
terminado, puedes usarlo – contestó a la vez que se acercaba hasta donde estaba
yo.
Me aparté un poco para que
pudiera pasar, pero cuando pasó su olor a fresa me obligó a pararla. Se que el
psiquiatra le dijo a Tomás que era mejor que Cris no tuviera ninguna relación
sentimental con nadie, y que ella no estaba de acuerdo y se había opuesto a
eso, pero yo lo único que quería era que ella volviera a ser la de antes, la
chica que conocí en Barcelona. Pero claro, uno puede ser bueno pero no santo y
si encima aparece de esta forma…uno no es de piedra.
Que susto me he llevado cuando he
visto a Feli al salir del baño. Se que no podemos tener nada y no es que sea
por mi, sino por él. Dice que es lo mejor para mi hasta que yo me recupere del
todo. Pero claro, una se lo encuentra en un momento como este y ¿qué hace? Pues
intentar que cambie de opinión. Por eso cuando me dejó salir no pude no
provocarle, al pasar por su lado me acerqué todo lo que pude a él y su reacción
no se hizo esperar. Sentí su mano tirando de mi brazo hacía él, me giré y
acerqué mi cara a la suya. Estaba claro, en el amor y en la guerra todo vale. Y
sin que él tuviera un segundo para pensar lo que estaba pasando, junté mis
labios a los suyos. Si el decía que no se iba arrepentir de sus palabras.
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Gracias por seguir ahí aunque no publique seguido, me alegra mucho poder leer vuestros comentarios y espero seguir viéndolos. Un beso, GRACIAS!!